Hippy, así me llamaban de forma peyorativa cuando ir en bicicleta por Barcelona era una aventura, cuando el carril bici se limitaba a una accidentada DIagonal y poco más. Aun así, yo me sentía superior a ellos cuando pensaba en el ahorro de tiempo, de no tener que coger el transporte público y el estar en forma.
Recuerdo llegar sudando a clase en pleno invierno, con marcas de grasa de la cadena en los pantalones en aquella época acampanados. El subidón que daba engancharte al típico repartidor cachas e intentar seguir su ritmo, el poder ir con los auriculares cantando a grito pelado, los mil semáforos obviados, el timbrar cuando algún inconsciente invadía tu espacio, vacilar cuando ibas sin manos y te hacías hasta la manicura, adelantar a los autobuses y ver la cara de palo de los de dentro, pisar los charcos de agua y hacer caminito con las ruedas mojadas.. llegar tarde a una boda y pillar la bici ya parecía impresionante, bajar el día del parto al hospital con contracciones, timbrando a los lentorros del bicing para adelantarlos y ver la cara de sorpresa que ponían al ver mi estado ha causado estragos. Y ahora, ahora que la bici es guai, se respeta por la poblaciòn..bueno.. se está más conscienciado, salen a la calle algunos ciclistas para reivindicar su uso y no el de los coches, posiblemente más de uno años atrás me acusaría de hippy.. qué facil es hacer las cosas cuando el camino ya es llano.
Dona… Jo hi ha coses que com a ciclista que sóc et censuraria: portar auriculars, anar sense mans, avançar autobusos, obviar semàfors… anar de part en bici!!!
Va anna.. si fas servir la bici com a mitjà de transport, fas aquestes cosetes.. si ets prudent no li fas mal a ningú…